Sin peinar, sin dormir y sin vergüenza. Tengo seis brazos y dos corazones, mucha paciencia y una libreta donde convierto la rutina en la ciencia menos exacta, para que conste en acta cada detalle y no pueda olvidar nunca que me robaste el tiempo y la cintura a cambio de una infinita ternura y un lazo inquebrantable, un amor inalterable que cambió mi vida al crear la tuya.